Por: Andreina Gutierrez
Siete segundos no parece ser mucho tiempo, pero cuando conocemos a alguien es todo el que tenemos para impactarle o decepcionarle. En ese breve lapso no solo se puede apreciar nuestro aspecto físico, si tenemos buena higiene, presencia, si sabemos combinar nuestro atuendo, etc., sino que además se pone en evidencia nuestra postura, actitud, confianza, seguridad, estado de ánimo, mirada, tono de voz, entre otros.
Así pues, todo lo que hacemos o dejamos de hacer, y lo que decimos o dejamos de decir, comunica. Por eso es tan importante tener en cuenta hacia quién nos dirigimos, el lugar y el modo en que lo hacemos. Lo mismo ocurre con nuestra presencia en las redes sociales, específicamente cuando se trata de nuestra marca personal.
¿Sabías que el tiempo de vida de una publicación en cualquier red social es de siete segundos? En ellos el algoritmo de la plataforma se encarga de mantenerla en el top del inicio y anclada según sus etiquetas, de manera que tenga el mayor alcance que le sea posible durante ese instante. Si la publicación es irrelevante para los usuarios, no interactuarán y se perderá la oportunidad de posicionarla.
Por este motivo (tiempo) es necesario generar contenido de la más alta calidad e interés para el público. No habrá chance de dar vuelta atrás sin que alguien lo note, incluso el propio algoritmo, por lo que no debe haber espacio para fallas.
Cualquier error de diseño, ortográfico, gramatical, semántico, de vigencia o de cualquier otro tipo, debe ser revisado antes de publicar, puesto que los usuarios rara vez perdonan. En el mejor de los casos, la primera impresión será pensar que el community manager (por ser el último filtro previo a la publicación del contenido) haya cometido una novatada, e independiente de quién haya sido el error, los seguidores tienen la última palabra y condenan demasiado pronto a una marca.
Ahora que lo sabes, tienes una razón más para esforzarte por ofrecer contenido de calidad y cuidar de los detalles, pues lo único seguro con respecto al tiempo es que no espera ni se detiene por nadie.
