El mundo del tatuaje y el diseño gráfico están conectados más allá de lo evidente, pues aparte de que en ambos casos se debe tener al menos un conocimiento básico de ilustración y tipografía, tanto el tatuador como el diseñador están creando de manera visual el mensaje que quiere transmitir el cliente.
Aunque no lo parezca, ser tatuador es bastante complejo, pues más allá de saber dibujar o copiar un diseño, se debe mantener una relación adecuada con el cliente, creando empatía para así poder plasmar mejor sus ideas. Un buen tatuador debe saber hacer diseños propios, si bien gran parte de las personas que piensan hacerse un tatuaje buscan en alguna red social algo ya prediseñado, hay quienes ven de una manera más personal el proceso de tatuarse.
Para poder hacer un tatuaje es importante conocer las razones por las cuales la persona desea tener cierto diseño, ya que es algo que lo acompañará permanentemente. Se pueden hacer retoques en caso de no quedar satisfecho con el resultado final, pero esto implica más tiempo y esfuerzo extra que es mejor prevenir desde el inicio.
Esto en mi opinión es similar a cuando un cliente pide un logotipo al diseñador, ya que este acompañará a la empresa por un largo periodo de tiempo, aunque esta relación tiende a estar sujeta a cambios debido a las nuevas tendencias.
Lo anterior no significa que el mundo del tatuaje sea estático en cuanto a tendencias, al contrario, estas también suelen ir modificándose con los cambios culturales y tecnológicos, lo mismo que sucede con el diseño gráfico.
En ambos casos se tienen que adaptar el cliente y el realizador, sin embargo cada tatuador y diseñador tiene un estilo propio y una manera personal de interpretar las ideas, esto debido a los simbolismos con los que están acostumbrados a convivir; gustos, pasiones y personalidad. La manera en la que tanto el tatuador y el diseñador diseñan es un remix de todo aquello que ven.
Así mismo, ambos tienen un proceso creativo muy parecido, pues también requieren hacer un boceto dependiendo del formato en el que van a trabajar para así poder determinar el tamaño del diseño.
Aquí es donde en el tatuaje se vuelve más complicado, pues también se tiene que tomar en cuenta que el cuerpo humano no es plano como el papel, está lleno de curvas y el tatuador debe de poder lograr un diseño que aparte de verse bien en papel también sea anatómico.
Otro punto a considerar en ambos casos es el color, pues este está sujeto a ligeros cambios con la tinta de la impresora o la máquina de tatuar. El correcto manejo del color en cualquiera de los dos casos debe ser el paso final, aunque también se tiene la opción de diseñar en blanco y negro de acuerdo a lo que el cliente desee.
En mi opinión, el tatuaje es mucho más complicado de lo que parece si este se lleva a cabo con un procedimiento adecuado, pues el diseño es sólo una parte de todo lo necesario para elaborarlo. Aparte de cuidar los detalles antes mencionados, un estudio debe de seguir las normas de salud y seguridad necesarias para así lograr un resultado favorable.
Recordemos que al momento de hacernos un tatuaje estamos intercambiando sangre por tinta, es un proceso muy delicado en el cual aparte de cambiar las agujas, requiere una serie de pasos a seguir en la mesa de trabajo del tatuador para evitar infecciones, como por ejemplo que la tinta se contamine con la sangre de los clientes.
Los tatuajes suelen representar una parte importante de la vida de una persona, es por esto que tanto la parte de salubridad como la de diseño deben estar sumamente cuidadas. De la misma manera, se debe crear empatía con el cliente, pues así este ya tenga una idea que quiera reproducir, también hay que entender el porqué, así el tatuador puede ayudar a la persona a crear un diseño propio basado en la imagen que éste ya escogió con anterioridad personalizando la experiencia.
Esto último considero debemos retomarlo como diseñadores gráficos, pues a veces los clientes tienen muchas ideas para poder expresar un mensaje sin saber exactamente el significado visual que estarían dando.
Para lograr una correcta comunicación visual se debe de hacer una correcta abstracción de ideas, dando más énfasis en el mensaje central y con la correcta utilización de elementos complementarios para que así el mensaje visual se complete.
