Por: Andreina Gutiérrez
En un mundo que está en constante desarrollo es inadmisible conformarse solamente con saber hacer lo que se espera de uno, así que adaptarse e integrarse a los cambios es la nueva ley de supervivencia. No es que dé igual toda la formación académica y profesional que hemos acumulado durante años, sino que siempre surgirán nuevas herramientas para hacernos la vida más práctica y lo ideal es aprender a sacarles provecho.
Cuando se trata de una marca, es elemental saber qué está pasando en el mundo para no llevar a cabo una estrategia de marketing equivocada. A veces nos confiamos de tener asegurado el interés de nuestro target y por no estar al día con las tendencias perdemos oportunidad de tener mayor alcance.
¿Qué debemos hacer para no quedarnos obsoletos?
Tener en cuenta y poner en práctica lo siguiente será de gran ayuda. ¡Toma nota!
- Detectar que estamos obsoletos. El primer error es no saber que estamos quedándonos atrás, por eso no hay que apegarse del todo a las viejas prácticas. A veces las nuevas maneras de hacer las cosas son interesantes y pueden refrescar o darles un giro a nuestros proyectos.
- Tener la mente abierta. Hacer algo de la misma manera porque ha venido funcionando desde hace 200 años no es el ideal. Como dijo el escritor y profesor Oren Harari: “La luz eléctrica de Edison no provino de la mejora continua de la vela”. En el caso del marketing, las estrategias que se utilizaban hace 30, 20 e incluso 10 años son retrógradas en algunos sentidos. Hoy en día tenemos nuevos medios, que han cambiado el comportamiento de los consumidores, quienes a su vez tienen otros intereses y exigencias. Hay que, entonces, saber adaptarse y ofrecerles lo que demandan, sí o sí, y esto lo conseguimos anticipándonos a sus necesidades.
- Tener humildad. Sabemos que tener toda una vida de experiencia y constante preparación se respeta, pero nunca va a llegar ese día en el que lo sepamos todo. Estamos en constante realimentación y por ello es importante estar conscientes de que nos pasamos la vida aprendiendo. Es un ciclo sin fin.
- Absorber conocimientos nuevos. ¿No eres muy diestro con algo? Aprende a ser autodidacta, aunque Internet hace la mitad de la tarea por ti. En YouTube puedes conseguir tutoriales para aprender casi lo que sea, aunque si se trata de algo muy específico, puedes buscar una certificación en línea.
- Aumenta tu capital relacional. Tu agenda de contactos debe ser actualizada. Asistir a talleres, eventos, dinámicas, etc. puede ser de gran ayuda para inspirarte en las experiencias de los demás. A su vez, son excelentes oportunidades para hacer nuevos contactos.
Por último, nunca olvides cuestionar lo que haces. Ser tu propio crítico puede ayudarte a sacar lo mejor de tus ideas. Eso sí, buscar la perfección es una pérdida de tiempo. Quizás no será la mejor idea que tengas, pero tampoco será la única. Se trata de pulirte cada vez más, pero si le buscas un pero a todo lo que creas, ganarás mucha inseguridad en tu trabajo y te costará más terminar lo que empieces y avanzar. Así pues, cuando el proceso de creación, refrescamiento o relanzamiento de una marca está en tus manos, no solo depende de tu ingenio, sino de saber emplear tus conocimientos acerca de lo que conoces, tanto lo antiguo como lo nuevo.